Las comisiones por transacción son una de las fuentes de ingresos más simples y escalables para los marketplaces. Este modelo consiste en tomar un porcentaje del valor de cada transacción completada en la plataforma, generalmente de los vendedores, los compradores o ambos. En la mayoría de los casos, los marketplaces cobran a los vendedores por el valor que obtienen al acceder a una base de compradores y completar ventas. Por ejemplo, plataformas como Etsy o eBay cobran comisiones únicamente a los vendedores, lo que facilita su gestión en un modelo financiero, ya que los ingresos están directamente relacionados con la actividad de los vendedores.
Sin embargo, algunos marketplaces cobran comisiones exclusivamente a los compradores. Por ejemplo, las plataformas de venta de boletos como Eventbrite suelen añadir un cargo por servicio al precio del boleto, justificándolo como una tarifa de conveniencia por el uso de la plataforma. Este enfoque funciona bien cuando los compradores perciben un valor premium en la transacción.
También hay marketplaces que cobran comisiones a ambas partes. Por ejemplo, Airbnb toma un porcentaje del valor de la reserva tanto de los anfitriones (vendedores) como de los huéspedes (compradores). Esta estructura de tarifas duales incrementa el ingreso total por transacción, pero requiere un equilibrio cuidadoso para evitar que alguna de las partes perciba las comisiones como excesivas.
En nuestro
modelo financiero, las comisiones por transacción de los vendedores son particularmente fáciles de gestionar. Al establecer la comisión como un porcentaje del valor promedio de pedido (AOV), puedes proyectar los ingresos con facilidad. Este enfoque es especialmente útil para startups, ya que simplifica los cálculos y se centra en escalar la actividad de los vendedores. Con métricas de entrada claras, como el AOV y el número de pedidos por comprador, puedes construir un pronóstico preciso y dinámico del crecimiento de los ingresos.